Miniatura adquirida en compra a distancia en la revista musical Discoplay por unas 400 pesetas en el año 1986, cuando aún no existía Internet y se compraba a través de pedidos por correo.
Originalmente era un vehículo de color gris con el techo de
color blanco. Ha sido pintado sin extraer la pintura original y de color verde
botella, intentando imitar el verde típico del mini añadiéndole manchas de
color marrón mate para simular barro; lo único que se ha respetado ha sido el
techo blanco.
Como puede observarse la faena ha consistido en intentar
conseguir un efecto de abandono, a base de golpear el vehículo, destrozar su
interior, simular el exterior que le rodea así como conseguir un diorama
ambientado.
Respecto al exterior del coche, para abollar la chapa con un
martillo ha bastado, los cristales han sido machacados para que al romperse
quede provocado el efecto de vidrio laminado, las puertas y capot también han
sido desmontados y abollados, el asiento del conductor quemado así como una
rueda que está en el exterior en la parte delantera derecha, los paragolpes
están colocados como si hubiesen sido lanzados a través de los vidrios, hay
también piedras sobre el techo y en el cristal trasero.
En su interior, se ha situado un trapo acolchado en el
asiento trasero rajándolo extrayendo el acolchado para provocar situación de
destrozo, al igual que en el asiento del acompañante.
El diorama es de arena, con piedras y hojas sueltas; respecto a las hojas son naturales, recogidas en el bosque de Collserola, lacadas (con laca del pelo) y después pintadas de marrón mate para darle el aspecto de secas. Por último, sobre el coche se ha dispersado hilos de silicona caliente para simular las telarañas.
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